jueves, 1 de agosto de 2013

In a cage.

Directos al grano: ¿Quién es más libre? ¿Una persona que vive miles de cosas que puede pero que en realidad no quiere, que es en realidad búsqueda de sus deseos en los de la sociedad, o una persona encerrada en su mundo porque ha renegado de todo ya que no lo necesita?

Todo es relativo.

Dicha primera persona no es libre en acto pero llegará un momento en el que puede que se dé cuenta de ello y decida ser libre, luchar por encontrar la manera de serlo.
Sin embargo la segunda sí, ha elegido su vida conforme lo que sólo sabe de sí que necesita, evitando así problemas, sufrimientos, quebraderos de cabeza... Pero en realidad todo aquello que parecen motivos, si no son aceptados y analizados, no pueden ser más que jaulas para esa persona. Y es más difícil abrir los ojos frente a eso. Lo que le hace ser feliz de un auténtico modo y aunque lo crea en lo más profundo del alma, es una jaula.

La libertad siempre será una de esas palabras absurdas que se contradicen a sí mismas (Decidir ser o no ser libre ya es una imposición de por sí, al igual que siempre habrá un condicionante en cualquier decisión) pero que a nivel práctico es necesario.

Es como una espina en una rosa. Sí, si la coges te puedes pinchar, podrías quitar todas las espinas. Pero sabes que en verdad una vez hecho esto, ya no será en verdad una rosa. Es una verdad dolorosa.



Estamos obligados a ser libres o lo que es peor, a luchar por serlo.
Y eso es una gran  responsabilidad . Todo deseo no es más que eso, afán de libertad...
Pero hoy en día no se sabe muy bien lo que queremos.
Aunque bueno, querer saberlo ya es buen principio.

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